12.12.2005



“Una fuente de vida agotable”


El bosque nativo como fuente de vida y desarrollo biogenético.
Antecedentes

La complejidad que caracteriza a los ecosistemas emplazados en la base de bosques nativos, muchas veces milenarios, se desarrolla a partir de un sin fin de especies que conviven junto a estos bosques y que permiten su constante retroalimentación. La importancia que posee dicha complejidad radica justamente en la diversidad biogenética de la gran cantidad de biomasa (flora y fauna) existente en estos ecosistemas. Aproximadamente el 60 % de la biodiversidad a nivel mundial se aloja en los ecosistemas solventados por los bosques[1]. En este sentido, éstos pasan a ser el techo y los cimientos para que tal cantidad de vida se desenvuelva bajo su sombra y gracias, entre otras, a la humedad que proporcionan. Pasan a ser, junto a su entorno, una unidad compleja, pero que a la vez está compuesta por muchos organismos de variado origen genético, que participan con diferentes roles en pro de conservar su diversidad y de paso mantener la calidad del agua y el aire.
La condicionalidad del bosque, entonces, queda fijada por las diferentes dinámicas de convivencia que se dan entre las distintas especies, que además de interactuar entre ellas, lo hacen también con su entorno inorgánico inmediato, lo que, por otro lado, genera el aporte funcional, como un todo, de los ecosistemas al medio ambiente en una perspectiva macro. Siguiendo esta mirada, las funciones ecológicas primordiales para el entorno ambiental proporcionadas por los ecosistemas de los bosques nativos son, a grandes rasgos: *Regulación química atmosférica; *Regulación de la temperatura, precipitación, y otros procesos climáticos; *Regulación de flujos hidrológicos; *Retención de suelo dentro de un ecosistema; *Procesos de formación de suelos; *Almacenaje, reciclaje interno, procesamiento y adquisición de nutrientes; *Tratamiento de residuos; *Polinización; *Regulación trófico-dinámica de poblaciones (Hábitat y refugio para poblaciones residentes y transitorias); *Fuente de alimento; *Fuente de materias primas; *Fuentes de materiales y productos biológicos únicos; *Fuente de recreación; *Refugio y hábitat de recursos genéticos.
Como puede verse, en una primera y somera revisión de los bienes y servicios que aporta el bosque nativo; las ventajas de su desarrollo natural y posterior conservación son esenciales para la protección del medio ambiente, visualizando tanto desde un prisma ecocéntrico, como antropocéntrico. Si las utilidades que proporcionan los bosques al medio ambiente se basan en la interacción de muchísimas y múltiples especies animales y vegetales, entonces la explotación y extracción de ellas desde el medio natural generará justamente lo contrario; la disminución de la calidad de los aportes que el bosque entrega, de sus funciones ecológicas y el subsecuente decrecimiento de sus virtudes como parte de un todo. La secuencia de desarrollo moderno que se ha fomentado gracias al sistema político-económico imperante hoy, es la explotación de los recursos naturales sin las debidas restricciones que permitan en el corto y largo plazo su conservación. Ciertamente, el desarrollo de la explotación natural se ha incrementado en todas direcciones y con las nefastas y lamentables consecuencias que percibimos frente a nuestros sentidos, día a día. El sector forestal crece y crece. Cada vez se instalan más empresas de extracción en los países tercer mundistas y por ende, más compañías de manufactura industrial, también en estos sectores de la economía mundial, debido al bajo costo de la mano de obra.
La actividad forestal se incrementa gracias, nada menos que, a la irremediable disminución de los recursos nativos; de los bosques y toda su biomasa.
Consumo Industrial de Bosque nativo (Millones de m3)
Los conflictos ambientales surgidos de la explotación forestal no sólo resultan de la disminución de la biomasa local, regional y mundial, sino que también son generados por todo lo que conlleva la instalación de empresas industriales ya sea en medios urbanos o rurales. Evolución de las exportaciones forestales (Mil millones U$)
Estas actividades industriales provocan un impacto ambiental indiscutido y que muchas veces es casi imposible de llamar sustentable, por la simple y evidente razón de que siempre generarán consecuencias ajenas al medio natural. Esto se puede graficar en cambios sobre los afluentes de agua debido al vertimiento de riles, y en la contaminación atmosférica gracias a la emisión de gases tóxicos. Lisa y llanamente, estos impactos ambientales son archiconocidos y no es necesario ahondar en lo que cada uno de ellos significa en la cadena del daño ambiental, desde su vertimiento o emisión.

Sobre los servicios ecosistémicos.
Descripción y análisis.

USO
TOTAL (ha)
BOSQUE NATIVO

Bosque adulto
5.977.838,8
Renoval
3.585.746,4
Bosque Achaparrado
3.005.091,9
Bosque Adulto-Renoval
861.925,4
Subtotal
13.430.602,5
PLANTACIÓN FORESTAL
2.119.004,5
BOSQUE MIXTO
87.625,4
TOTAL
15.637.232,5

Fuente: CODEFF

Las pérdidas de bosque nativo se estiman entre el 1,1% y el 2,7% anual en áreas extensas de la Cordillera de la Costa de la X y VII Región, respectivamente.[2] Este ejemplo grafica la situación actual que vive Chile, con respecto a uno de sus recursos naturales fundamentales, lo que significa que todas las virtudes de los bosques también se pierden. Las condiciones para que se desarrollen tantos tipos y variedades de vida se reducen; la biodiversidad del bosque merma y con ella todo lo que ésta entrega.


Servicios ecosistémicos:
Ø Los bosques son productores naturales de oxígeno, por lo que mantienen una
importantísima función en cuanto a la regulación de la calidad del aire, a través de procesos químicos naturales, que no necesitan de la intervención humana para ser realizados. Así, funcionan como verdaderos filtros para la contaminación, oxigenando el aire sometido a las emisiones toxicas resultantes de las variadas actividades antrópicas. Y circulante por todo el mundo.
Ø La producción de agua es uno de los servicios ecosistémicos más conocidos.
Al igual que el aire, es vital para la sobrevivencia de las especies animales y vegetales que habitan la faz de la tierra, y la importancia de su calidad no es menor. Los bosques son agentes naturales que permiten que la calidad del agua no disminuya y fomentan su producción natural. Por un lado, son como imanes que, a través de sus fuertes raíces, atraen el agua de las napas subterráneas hacia la superficie, pero sólo en las cantidades necesarias para la conservación de los ecosistemas. Por otro lado, son reservas de agua, puesto que la humedad que ejercen sobre los suelos permite que las aguas lluvias permanezcan más tiempo y por ende sustenten a más especies. De esta forma, al mantenerse la humedad del suelo, se hace posible la escorrentía superficial del agua, luego la formación de cauces que alimentándose de otros, generados en otros bosques, compondrán ríos de grandes caudales que luego llegarán al mar. De esta forma contribuye a la formación de hábitats acuáticos. La escorrentía superficial, además, evita la erosión de los suelos, pues éstos se mantienen constantemente hidratados y no corren el riesgo, ni de secarse, si de desmoronarse, al perder su firmeza, producto de la desmineralización.
El agua producida por los bosques es utilizada por poblaciones vegetales, animales y humanas, de forma directa o indirecta, sin embargo; ésta no parece ser razón suficiente para proteger a la gran biomasa que nos provee de éste vital recurso. Sin ir muy lejos podemos observar la trágica situación que vive actualmente uno de los yacimientos más importantes de agua a nivel mundial: el Amazonas. En efecto, según un estudio realizado por la revista Science, la deforestación de este gran pulmón verde mundial ha provocado que se pierdan de 12 a 19.8 mil km.2 por año de bosque nativo. Las observaciones científicas que resultan de mediciones satelitales dejan muy claro que sostener que el avance de la explotación es peligroso y que representa una de las catástrofes más importantes de la historia de la tierra, ya no es una mirada alarmista de la realidad.
Ø Decir, entonces, que los bosques son reguladores del clima es evidente, pues
al ser productores de agua y de aire permiten la normalización del clima frente a condiciones adversas para el medio ambiente natural, así como el efecto contaminante tanto de actividades naturales como antrópicas. Al mantener la humedad bajo su frondoso follaje, el bosque nativo, regula la temperatura, en caso de que ésta se mantenga en grados elevados. Al producir agua dulce permite que las reservas de éste recurso no se extingan a causa del calor o de su explotación, así, facilita el proceso hidrológico y por ende ayuda a que los periodos de sequía no se extiendan más de lo que corresponde en condiciones naturales y se produzcan las precipitaciones.
Ø El tipo de estructura y conformación integrada de los bosques produce que un
sin número de seres vivos se desarrollen y reproduzcan a sus pies. Proporcionan la biodiversidad genética del ecosistema. El bosque nativo es el hábitat de distintas especies pertenecientes a variadísimas familias y grupos genéticos, desde microorganismos imperceptibles para el ojo humano; hasta animales de gran tamaño y complejidad. En este sentido, es necesario reconocer la virtud de que los bosques permitan una regulación trófico-dinámica de las poblaciones, pues son hábitats de especies animales y/o vegetales de paso transitorio y permanente. Son lugares en donde los animales encuentran su alimento y en los cuales pueden hallar las condiciones necesarias para desarrollarse y cultivar su especie.
Ø Si miramos a los servicios ecositémicos desde una mirada antropocéntrica
veremos que los bosques nativos son fuente de recursos que el hombre necesita para sus actividades económicas. Las materias primas y productos biológicos en general, que éstos proporcionan para las sociedades humanas son uno de los puntos más cruciales por los cuales hoy se les da relevancia. Así como el bosque provee de recursos a vegetales y animales, también lo hace con los humanos, claro que no de una forma natural ni voluntaria. En este proceso, tampoco existen amplitudes de retroalimentación, pues el aporte del hombre hacia el bosque, en relaciones de explotación, es nulo.
Ø Por otro lado, y en este mismo respecto, la selva nativa proporciona una
fuente de identidad cultural, espiritualidad y recreación para la sociedad. Es espacio de encuentro cultural desde tiempos inmemoriales. Es patrimonio de muchísimas étnias y comunidades indígenas que la valoran intrínsecamente hasta hoy. Para la sociedad urbana en general, y en el aspecto recreacional, es una plaza para desarrollar el turismo y exteriorizarse de las rutinas cotidianas. El turismo, además, pasa a ser uno de los recursos económicos que el bosque nos brinda a través de la intervención humana. En suma, a la mirada antropocéntrica convencional, se encuentra el factor generacional que otorga el bosque, al significar una opción de uso y disfrute para generaciones futuras.
La pérdida del patrimonio cultural, que significa para los grupos indígenas chilenos la deforestación del bosque, incluye el menoscabo de sus valores intrínsecos como grupos humanos relacionados con la tierra. Para las personas que viven rodeadas de naturaleza y que estructuran su vida de acuerdo a los parámetros que estén dentro de la circunscripción de su cultura, es decir, a través de una cosmovisión cultural y medio ambiental; es imposible continuar desarrollándose como tales, en un espacio artificial y mermado de toda influencia natural de los ciclos de la tierra, como lo son los territorios tratados con plantaciones exóticas que reemplazan en base a criterios económicos al bosque nativo.


¿Manejo sustentable?
Discusión

¿Puede acaso desarrollarse un manejo sustentable de los recursos naturales que son manipulados bajo criterios económicos? Porque, seamos claros, si hay algún indicio de que deben existir o de que se estén conformando planes sustentables para manejar los bosques es sólo porque existe le necesidad económica de utilizarlos, y por lo tanto de explotarlos.
Ahora bien, definamos sustentabilidad. Según una definición bastante completa recogida del sitio web de la agrupación Planeta Sustentable, este concepto engloba un tipo de desarrollo que busca mantener un equilibro entre el bienestar humano y el del medio natural. Todo esto sin que se lleguen a sobrepasar los límites en que el impacto humano no permita la regeneración de los recursos por parte de la natura. Según esto, muchas de las actividades que en la actualidad se realizan gracias a la utilización de la naturaleza quedan fuera del Desarrollo Sustentable.
La respuesta a esta discusión por parte del marco jurídico legal chileno es bastante incierta y poco clara por decir lo menos. El debate a cerca de la ley de bosques se concentra hoy, justamente, frente a lo que ésta norma jurídica define como bosque, la inclusión o no de las plantaciones exóticas que amenazan con reemplazar lo nativo verdaderamente sustentable para los ecosistemas. Entonces surge la inquietud: ¿manejo sustentable? ¿A costa de qué? Es mucho más sustentable, en todos los sentidos, desarrollar un modelo que priorice la conservación de los recursos nativos; de sus servicios ecosistémicos vitales para el desarrollo de las especies, en vez de apostar por una explotación basada en cánones de “sustentabilidad” que verdaderamente son falsos. Y que ni en teoría pueden arrojar resultados concretos. Ponerle precio a la naturaleza suena terrorífico y pareciera ser el último paso que podemos dar para someternos en la superficialidad absoluta, pero es una estrategia mucho más rentable para la misma naturaleza. Su valoración económica como recurso agotable y no como material para explotar.
Tener en cuenta que producir artificialmente cierta cantidad de agua, en plantas especializadas, es muchísimo más costoso que proveerse de la producción de esa misma porción de agua que se genera de forma natural gracias al bosque bajo ciertos costos de conservación. O sopesar qué cuesta más: utilizar un material sintético que imite las bondades de la madera para fabricar un mueble o asumir el costo de lo que trae consigo cortar un árbol al cual le tomó decenas y hasta cientos de años crecer y desarrollarse (hablar de la tala de árboles milenarios ya sería sub-humano). Esta es la nueva opción para salvar a lo que nos queda de bosque nativo: Cuantificar los valores económicos netos de los recursos naturales como tales, evaluando las ventajas que mantienen para el medio ambiente en su forma nativa y toda la energía que han utilizado naturalmente para desarrollarse.

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Bibliografía:

www.iepe.org à Sitio web del Instituto de Ecología Política, con sus diferentes enlaces a ecoradio, econoticias y Chilewatch.
www.bosquechileno.cl à Ong dedicada a la difusión y acción ambientalista.
www.mapuche.info à Ciber espacio en el que se archivan multidisciplinarios
documentos con respecto a la Nación Mapuche.
www.bioplanet.net à Portal de Internet sobre la información biotecnológica y de desarrollo.
http://lauca.usach.cl à Página de la Universidad de Santiago de Chile
www.areas-protegidas.org à Sitio web sobre conservación en los países andinos.
www.forecos.net à Sitio de investigación y divulgación científica. perteneciente al Núcleo Milenio UACh.
www.planetasustentable.org à Ong ambientalista mexicana.




[1] Fuente: Artículo de El Sur en Internet. “Desaparece el bosque nativo chileno”.
[2] Los datos corresponden al período 1975-2000 (Echeverría 2003, en Informe UACh- Unión Europea). Fuente: “Componentes científicos clave para una política nacional sobre usos, servicios y conservación
de los bosques nativos chilenos” Reunión Científica sobre los Bosques Nativos, Núcleo Científico Milenio, FORECOS, Iniciativa Científica Milenio, MIDEPLAN.

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