Caminata trémula Tres veces he visto pasar mi vida, por el lado, mientras camino casi descalza. La coquetería…. la coquetería libre y sin culpa El desgarro de ansiedad que provoca lo que no se conoce y se quiere conocer. La chasquilla me flameaba a los 14... Hoy el pelo lo llevo tan tapado, tan oculto de sí mismo, que ya casi no se le huele y hasta la gente de rostro familiar se extraña de verle aparecer de vez en cuando. Tal como otras cosas que se mantienen tras el muro esperando yo no se qué para hacerse ver. Como las sombras pequeñas que alguna vez cargué… Enseguesí de desmemoria, y alimenté de silencio, aquellas sufridas pertenencias de papel caliente y envenado, que me penan de plano en plano. En otro tranco extemporáneo crecí un poco y vi el sadismo alcohólico de la resistencia al tiempo. Esa nube que amenaza con disiparse cada vez que se encuentran espacios vacíos de tiempo mental… Adolescencia tal vez… ingenua casi enternecedora y brutalmente irresponsable, pero tan irresistible. Sudorosa de omisiones Ganosa de remordimientos vanales Y fáciles de olvidar. Antojadiza y caprichosamente autoritaria dentro de los límites del sometimiento infantil. Tres veces.. Tres golpes Tres imágenes Tres figuraciones desiertas, añejas y angustiosamente irrepetibles. Pálpitos, Señales… Ruletas que van creciendo y volviéndose más peligrosas Más costosas e irreconstruibles. Casualidad versus causalidad A quién se le ocurrió que las cosas pasan porque sí? Lo que ocurre, ocurre por ALGO, no per coincidencia inocente que se patea en la calle con un poco de rabia… No se cruza el puente por cruzarlo, aunque no se sepa adonde se va, ni que riesgos se corren. Los pasos siempre saben Los pasos siempre siguen su memoria Los pasos llevan al subconsciente y se devuelven con él si es necesario. |
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